Dijo en «if»  el bueno de Kipling, que era un tipo que escribía mucho, muy bien y  muy sabiamente : «Si llega tu triunfo si tropiezas tu derrota y a los dos impostores tratas de igual forma…heredarás la tierra y mucho más, serás hombre hijo mío». Emoticono de asombro. Emoticono de asombro.
» Te regalo la tierra si no te quejas» me vienes a decir. Como si fuera tuya.

Enhorabuena, Rudyard  por ser tan inmensamente rico de espíritu y haciendas (tener en tu haber la tierra es ser incluso más rico que Belén Esteban tras el cobro de su  deuda a la Bollo) pero yo me cago en tu puta madre (que no la conocía, ni sé si era puta ni nada de nada, pobre señora), pero es que yo me cago en tu puta madre. Y te explicaré porqué.

Me he quedado en el paro tras 6 años de leal servicio a mi empresa y como ocurren las cosas que no tienen mucho sentido, te das cuenta de hostia y porrazo que la vida iba en serio ¿y lo mejor que puedes hacer por mí es darme la tierra para que me calle? ¿A mí que no me da ni para toallitas desmaquillantes? Pues así no me ayudas,

Dime cosas como «todo pasa y todo queda» del bueno de Machado.  O «carne de yugo ha nacido, más humillado que bello» del rojillo de Miguel Hernández. O incluso algo de Coelho, que es muy cursi, sí (más que dormir con gorro) , pero que ayuda más que hacerme creer que sienta igual el triunfo que la derrota. Porque no me lo creo. Y tú tampoco.

Me has jodido bien, Rudyard. Con lo que yo te quería…

Que te follen