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Nacho Rabadán

Periodista, branded content, CM. Hombre orquesta. Y encantador, dicen.

De flores, Belenes y Boschs

Publicado en 24 Abr 2014 en Blog | 0 comentarios

Belén Esteban ha escrito un libro. Bueno, no lo ha escrito pero lo ha firmado, que casi es lo mismo. Y a mucha gente. De hecho más que Lucía Etxebarría , Carlos Ruíz Zafón (¿ha vuelto a escribir algo desde 1815?) y Dan Brown juntos. La hostia. Lo que puede significar muchas cosas. Pero no seré yo quién diga qué (nótese que para las 5 W del periodismo me faltan el cómo, el cuándo y el por qué y que no lo he hecho porque no he querido. Nótese también que me encanta decir cosas inapropiadas. Porque sí).
Pero no sería un buen «bloguerro» (¿Habrá alguien patentado esa palabra?) si pasara por alto esto. Adelante, picha en el link rojo. Y prepárate.

¿Lo has visto ya? O mejor. ¿Lo has asimilado ya? Te dejo unos minutitos de silencio para que lo leas y así hago más larga esta entrada.

 

¿Ya?
Pues sí, has visto bien. ¡Belén Esteban se estaba tomando un Tinto de Verano! ¡Y estamos en Primavera!  ¡Cómo ha sido capaz, Dios mío! Al menos espero que invitara a un traguito a alguno de los cientos de seguidores que esperaron horas para que les firmara su libro… O Tal vez  sólo le dio un poco a Alfred Bosch como muestra de agradecimiento por que le regalara el suyo.  Espero que sí, porque es de bien nacido ser agradecido y estaría feo no devolverle el detalle. O mucho más feo aún: devolvérselo con su misma moneda.
Así es, mamá y papá (digo mamá y papá porque son los únicos lectores de este blog), Alfred Bosch le regaló a Belén Esteban su libro sobre la independencia. Y hay una pregunta en el aire gritando como una loca que alguien le conteste: ¿Porqué hizo Alfred algo así?
¿Lo hizo con la esperanza (espero) de degustar un poco del Éter rojo de la eterna resaca y poder decir que se pilló un pedele, melopea, merluza, mona, tajada, cogorza, moña, llorona, tranca, tablón, turca, curda, juma, jumera, pea, pítima, manta, pedal, pedo, cuelgue, intoxicación etílica  con la firmadora (que no escritora pero que es casi lo mismo) de «Ambiciones y reflexiones»?
¿O tal vez lo hizo con la esperanza de hacerse un Deluxe, ser tronista de MHYV o colaborador fijo en el Diario. Conocer a la Padilla, a Poppie y salir de marcha con J.J. Vázquez y así vender muchos más libros el próximo San Jordi?
Espero, como os digo, por Dios, por Júpiter y por todos los santos de todas las religiones que existen y de las que seguro que nos inventaremos, que Bosch no le regalara a la Esteban su libro intentando convencerla de nada de esto de la independencia y demás temas de índole menor.
Porque eso hubiese sido muy ofensivo, muy poco elegante y muy rastrero. No para mí, claro. Ni para el conjunto de los españoles, de los catalanes o para la comunidad Pitufa en general. Si no para ella. Para la princesa del pueblo y el  chopped.  Para Belén Esteban, en persona. Porque, querido respetable, parafraseándola, ella también es una mujer independiente. Y no le ha hecho falta montar un pitote de semejante envergadura.  

Espero que no, Alfred. Espero que no.

N.

 

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